El ego se percibirá a sí mismo como teniendo una experiencia de género (macho-hembra), pero el testigo detrás del ego es una pizarra limpia de pura sensibilidad. Es creación dualística, ambas experiencias sucederán simultáneamente, donde uno puede conocer la unión de la existencia, lo sin género y sin ego, y uno puede disfrutar la separación. La diferencia es una de conciencia.
El individuo despierto, consciente, sabrá en su fuero interno que el/ella es “uno con la creación”, pero también se sabrá creador(a) de su propio drama, ha escogido encarnar en los reinos más densos, más engañosos, por causa de la propia experiencia. Él o ella no tienen ninguna otra razón para encarnar, así como "Dios" o la mente universal, no tiene ninguna razón para crear, salvo para su propio entretenimiento. Una vez un alma iluminada sabe esto, entonces él o ella son libres de crear su propia experiencia y propósito para encarnar.
Esta experiencia es liberación. Es iluminación.
Iluminación, que parece a muchos tan nebulosa, imponente y atemorizante, es muy fácil en sí. No son milagros o trucos de magia, aunque aquellos pueden ser desarrollados si se desean muy fuertemente. La iluminación simplemente es la realización de quién está tirando los cordones del títere de uno. Es la revelación de autonomía para el individuo. Es la concesión del último excedente de la autoridad-divina-Dios sobre el propio ser de uno. Es cuando la mente cósmica creativa y la conciencia individual se unen, cuando la mente de uno se une con el Cosmos. Esta fusión mental va más allá de la mente y penetra las mismas células del ser.
Esta penetración es posible porque la fuerza-de-Dios reside dentro de las células-alma de cada entidad.
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